Mujer, siembra tu Luna

Hoy es luna menguante,

suavemente se va cerrando un nuevo ciclo.

En horas sembraré mi sentir,

agradeciendo lo que fue,

sintiendo lo que siento,

confiando en lo que será.

Hace año y medio,

luego de desmayarme de tanto dolor menstrual,

de sentir tanto dolor,

por todo el dolor que estaba permitiendo en mi,

pedí calma.

Pedí ver.

Perdí verme.

Pedí perdón,

por descuidarme.

Pedí paz,

para amarme,

con pureza.

Pedí escucha,

para amarme.

Pedí a mi instinto,

que me siguiera hablando,

que con oídos de amor ya me quería escuchar.

Pedí fuerza y coraje,

para escuchar lo que necesitaba escuchar.

Para sentir,

todo lo que ya era necesario sentir.

Para pensar,

y actuar, cuando fuera sentido hacerlo.

Así es como recordé todas las ceremonias

a las que he asistido.

Así recordé cuanto! veo el acto ceremonial,

en todo.

Así es como vi que podía continuar el fractal,

haciendo de mi sangrado,

una ceremonia de siembra.

Para ello, elegí verme.

Ver la ceremonia oculta que llevaba hasta entonces:

Ahí me vi.

Me vi sufriendo,

me vi limpiando,

me vi ocultando,

me vi avergonzada,

me vi ocultando cualquier huella de malestar, dolor o sangre.

Ocultando mi sentir.

Ocultando la magia.

Me vi oculta.

Me vi.

Entonces, me pregunté

¿Y si me siento?

¿Y si veo mi sentir?

¿Y si veo la magia?

¿Y si veo el proyecto que se gesta?,

lo que no,

lo que tiene que partir.

Los sueños,

la semilla que comienza a germinar en mi,

y la necesidad de sembrarla en la tierra.

Así que, desde entonces,

cada luna,

cada ciclo,

comencé a tomar con mis manos,

mi copita menstrual,

para sembrar en la tierra, mi sangre.

También,

pedí al Sol y a la Luna;

Pedí al Sol, como energía masculina,

que volviera a mi vientre.

Ahora en forma de calor,

no de incendio.

En forma de protección,

no de reto.

En forma de amor,

no de miedo.

Pedí a la Luna cada noche,

que me guiara en cada fase,

viviendo cada fase como tal.

Moviendo mis aguas.

A veces,

como hija de la Tierra,

estoy lejos de la tierra.

Entonces le pido al agua,

que la siembre por mí.

Yo se la entrego, en un acto sagrado, para:

Sembrar mi agradecimiento por lo vivido,

por lo no vivido,

por lo aprendido,

por lo que anhela mi alma.

Según cómo lo sienta,

lo hago.

Más que el acto,

es el sentir.

El acto honra el sentir.

El sentir agradecimiento.

El sentir incomodidad.

El sentir amor.

El sentir confianza.

Así que,

ésto es lo que dice mi vientre:

Mujer, siembra tu sangre.

Siembra lo sentido de tu sentir.

Observa lo que se va.

Despídete.

Prepara la tierra.

Siembra el nuevo sueño.💛

Confia en la magia del renacer.

Disfruta tu florecer.

Cosecha tu vida.🌹

.

Mujer. Siembra tu luna, siembra tu sangre.

.

Nataly,

En agradecimiento a todas las mujeres y hombres, que me han inspirado.

June 18th 2020

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