Yo que amo los vestidos,
y de tanto darle vueltas
-también a mi vestido-,
llegué a la conclusión,
que la cuestión está en el vestido.
Y que hoy me despido
de mi vestido.
Mi vestido
vestido de dolor.
Mi vestido
que ya no hace sentido.
Porque,
Vestir un dolor,
por más doloroso que éste sea,
también puede ser,
simple;
como simple costumbre,
simple cura,
simple aprendizaje,
o simple necesidad.
De ahí que la cuestión
esté en el vestido,
como también en -recordar-
que se está vestido.
Así, uno puede ver
con qué se viste hoy…
Si con ese vestido favorito,
el de moda (de la tribu),
el que ha sido prestado,
el que nos trae viejos recuerdos,
el único que tengo,
el que me hace ver…,
el que me queda bien,
el de aquel viaje,
el que especialmente me regalé.
La cuestión está en el vestido,
el vestido que se viste,
si hace sentido vestirlo.
Sí, y es que no es
“sólo un vestido”,
es un sentido vestido,
un vestido
con sentido.
Porque desvestir un dolor o un sentir,
pide sentir,
para dejar de sentir -el dolor-.
Así que,
yo que tanto amo vestir
-y especialmente vestidos-
declaro aquí y ahora,
que mientras viva;
Visto los míos y agradezco los tuyos.
Valiente me des-visto,
del que ya no hace sentido.
Ahora desnuda,
visto mi vestido,
mi vestido con-sentido,
mi vestido de color.
…
Este escrito nació
cuando me vi en la posibilidad de repetir dolores que vi en otros,
en mí.
Como así también,
la oportunidad de vestir distinto,
de vestir mi vestido de color.
…
Ja!
Ahora recuerdo a mi papá cuando me decía a mis 10 años,
“hija, la moda deja de ser moda
cuando inco-moda”
…
Natalie,
September 28th of 2020
Landau in der Pfalz – Germany