Lo que antes era elección de algunos pocos, ahora es una nueva normalidad (para muchos más).
Viajar con sentido, viajar sustentable, viajar consciente… viajar para re-generar(se).
Viajar no sólo a un lugar, sino a una nueva lección y elección de vida. Con profesores que encuentras en esa nueva aula; el destino, lo distinto, otros viajeros, los locales y sobretodo ese nuevo yo.
Si bien, empujados por la pandemia (COVID-19), es que esta no tan nueva forma de viajar se hace hoy más presente.
Antes de marzo 2020, ya teníamos suficientes señales del planeta y las personas para frenar el crecimiento acelerado de un turismo más bien desconsiderado, muchas veces egoísta, también masivo, e incluso con un sentido sin sentir.
La forma en la que solíamos viajar, nos ha llevado como seres humanos a hacer uso y abuso de:
- la naturaleza,
- la cultura y tradiciones,
- las personas,
- las empresas,
- el marketing y las ventas,
- los derechos humanos,
- las condiciones laborales,
- y de nuestro ego.
No obstante, algo ocurrió durante este “boom del turismo” (previo a la pandemia). Y es que quienes viajamos, reconocimos que, llegar a casa era llegar siendo un nuevo yo (una nueva y mejor versión de uno mismo).
Que por ello, quizás ya no se trata de acumular destinos, fotos o magnetos en el refrigerador, sino más bien de viajar para re-generarse.
El tema es que ahí (y me incluyo), muchos nos vimos en el dilema de:
- “sí, estoy viajando consciente, viajo para regenerarme, pero…
- ¿estoy regenerando con mi viaje?”,
- “¿estoy aportando o agregando valor con mi viaje?”,
- “¿quién más se beneficia con mi viaje?”,
- “¿es mi viaje del todo saludable?”,
- “¿qué he dado y qué he recibido?”
Por todas estas preguntas es que, ya con casi un año de pandemia me siento aquí a escribir sobre lo que ahora es una nueva normalidad en materia de viajes:
- “viaja seguro” / “Travel Safe” campaña de Turismo España
- corta distancia, más tiempo en destino / “Holiday here this year” campaña de Turismo Australia
- y con lo anterior, más desplazamientos por tierra;
- mayor interés por espacios abiertos, más naturaleza;
- así como también por “lo nuevo”, más atractivos y destinos emergentes (regenerados durante la pandemia);
- empatía post-pandemia, más apoyo a la economía local;
- más conocimiento sobre auto-regeneración del medio ambiente durante la pandemia, más ganas de contribuir a través de los viajes;
- planificación y desarrollo con mirada de largo plazo, aprendiendo del pasado.
- desarrollo estratégico de un turismo más resiliente;
- mayor empatía y disposición a trabajar juntos = unión de actores clave de la industria.
No obstante, recordemos que esto no es un cambio de un día para otro, sino más bien una balance que se está re-acomodando, por lo que post-pandemia, en la reactivación del turismo también será parte de esta nueva normalidad:
- “¡viaja antes que no se pueda!”
- realizar ese viaje soñado de larga distancia, antes que haya otra pandemia;
- alza de pasajes aéreos, menos desplazamientos por aire;
- “los clásicos” o destinos favoritos ante del Covid-19, sobre explotados o con un historial de carga turística importante, ahora con una afluencia menor de turistas y más acorde a su capacidad;
- realizar ese viaje en crucero, antes que haya otra pandemia, que disminuya aún más la oferta y suban más los precios (lo mismo aplica con los resorts);
- planificación con mirada de corto plazo, y foco en recuperación económica por pérdidas en 2020.
Si bien durante 2020, y según cifras de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el Turismo registró una caída del 74% en las llegadas internacionales, la pandemia también nos ha obligado a re-evaluar la forma en que hacemos turismo, sus consecuencias y oportunidades de re-generar(nos) en todo ámbito: económico, medioambiental, social y también como individuos, en un rol más humano, consciente y partícipe de esta re-generación del turismo post-Covid.
Esta nueva normalidad es sin duda alguna, nuestra nueva oportunidad.
“Una nueva normalidad. Lo que tanto pedía”
Nataly Ortiz-Stehle
Tourism Business Manager (UACh)
Deutschland