RSE como transición

Si bien la Responsabilidad Social Empresarial nació por necesidad y ante la demanda del entorno biocultural de las organizaciones, hoy podemos ver que durante las últimas décadas hemos sumado la RSE cual rama que se cayó del árbol, tratando de volver a unirla como una rama más, programa, área o departamento de la empresa.

Cuando en verdad, y en un futuro no muy lejano nos será natural ver que siempre ha sido parte de las raíces del árbol (empresa). Muy problablemente lo mismo ocurrirá con la rama “Sustentabilidad”. Por lo que hoy, toca dejar que esa rama caída vuelva como abono a la tierra.

Y es que esa rama que intentamos unir, la hemos integrado por necesidad y en algunos casos también por conveniencia: para poder continuar operando, por obligación, para comunicar lo que está de moda o “por marketing”.

La RSE la hemos integrado en el mundo corporativo, como transición, cuando éste más deshumanizado ha estado.

Y es que la RSE la hemos integrado en el mundo corporativo, como transición, cuando éste más deshumanizado ha estado, y por ello me alegro que -aunque en algunos casos a la fuerza- al menos hayamos dado el primer paso.

Porque hoy en día, que ya no tenemos excusa para no detenernos a ver lo que hemos dañado, lo que nos duele y sobretodo, el presente y futuro gozoso que podemos vivir en coexistencia con nuestro entorno, es que:

finalmente caminamos con mayor claridad a que las empresas, así como organismos públicos y personas naturales, estamos todos aquí para aportar al bien común.

Porque si por el contrario, todos nos dedicamos a extraer lo que queremos (no lo que necesitamos) desde un propósito egoísta, entonces no quedará nada… Ni para nosotros mismos. Porque el sistema “extractivo” o “taker” que sí funcionaba, hoy tiene sus horas contadas..

Y si bien todo cambio transformacional requiere tiempo y dedicación, compromiso, educación y conversación de todos los actores involucrados… Hoy en día sabemos que nada mejor que invertir dichos recursos por el bienestar común.

Curso Método hUnicornio de Gestión de Negocios, RankAcademy2017-2018

El propósito de una organización es crear valor en la sociedad donde vive. Por ello nace, por ello vive y puede vivir.

Personas, profesionales, clientes, empresarios, emprendedores, todos somos llamados a ver que:

  • el propósito de una organización es crear valor en la sociedad donde vive. Por ello nace, por ello vive y puede vivir.
  • con ese propósito, automáticamente su consecuencia es la sustentabilidad económica, incluyendo profit para quienes la constituyeron y operan a diario.
  • es clave valorar el que una organización que no nació sustentable, hoy trabaje en su transformación a través de su RSE (con acciones e indicadores claros, verdaderos). Todo gran cambio toma tiempo.
  • ya no queremos autoengañarnos con comunicados de sustentabilidad que no tienen sustento alguno. La incomodidad interna que se vive en cada organización que (se) miente, es insostenible.
  • es mejor hacer lo que queremos y podemos, a prometer (nos) resultados que no cumpliremos.
  • No hay buenos ni malos en esta historia, todos somos parte. Y gracias a un mundo corporativo deshumanizado, nació el RSE, como también las Empresas B, aquellas con el propósito de agregar valor.

Alguien (u otro yo) podría decir que estoy siendo muy optimista…

Y es que yo recuerdo tiempos en que ni hablábamos de estos temas. Luego, al usar la RSE por obligación y sin compromiso real por parte de algunos, ensuciamos el término quitándole credibilidad. No obstante, cabe destacar que la RSE como transición:

  • ha puesto a trabajar industrias que a simple vista parecen incompatibles (como la minería y el turismo, o la construcción de una central hidroeléctrica y el turismo), dadas normativas de sustentabilidad para su implementación.
  • ha generado instancias de conversación entre comunidad, sector público y empresa
  • ha impulsado la colaboración y trabajo conjunto entre actores clave de un mismo sector, como supermercados con productores locales, hoteles con emprendedores turísticos del destino, líneas aéreas con comunidades de destinos donde vuela, etc.
  • ha hecho un llamado a coexistir más que competir, así como a armonizar nuestro actuar, aprendiendo de lo que aporta cada actor involucrado.

RSE ya no es un recurso del marketing, es raíz de toda organización que anhela vivir en el futuro y crecer a la par con su entorno.

No necesitamos cambiar nuestro entorno, sino aportar desde donde estamos y con lo que vivimos a diario.

Esta profunda transformación implica recordar que:

  • más que ganar, queremos colaborar
  • ganamos, cuando todos ganamos (filosofía Ubuntu)
  • si nuestro entorno se deteriora y/o muere, pues nuestra empresa u organización no podrá vivir.
  • el cambio requiere tiempo y paciencia, así como también consistencia y coherencia en el hacer diario.
  • las empresas, la sociedad y el mundo está conformado por nosotros (seres humanos) y al recordar ésto, recuperamos nuestro poder de acción para aportar desde donde estamos y con lo que vivimos a diario. No necesitamos cambiar nuestro entorno.

Nace la pregunta “qué estamos haciendo?… que si no surge de la misma organización, surgirá de su entorno.

Y qué ocurre cuando aún existen organizaciones con grandes efectos negativos en el entorno?

  • nace la pregunta “qué estamos haciendo?”… que si no surge de la misma organización (fundadores y equipo), surgirá de su entorno (comunidad, gobierno, partners, clientes).
  • nos cuestionamos el modo de vivir y hacer las cosas “por qué necesitamos producir tanta energía?” (por ejemplo) y/o “por qué en este modo?”
  • surge la colaboración y sentido de pertenencia “yo tengo que hacer algo”, desde informarme, cambiar mis hábitos, ser más eficiente, pasar más tiempo en la naturaleza (para valorar), aprender de otras culturas (para valorar), etc.
  • la consecuencia de todo lo anterior será; el trabajo que estoy haciendo en RSE tengo que hacerlo mejor (el arte de enaltecer lo que hago), si no se me permite entonces quizás tendré que evaluar un cambio de trabajo (con tiempo y consistencia), o como ciudadano(a) practico el consumir menos y así también menos de quienes no están en sintonía con mis valores. Y como empresario (a)? Ufff aceptar que por más que me beneficie a mi, si daña al entorno entonces no podré seguir operando… Algo así como “si no me detengo ahora, de todas formas el entorno y mercado me detendrán”. Lo mismo con el gobierno.
  • aplicar herramientas como la RSE en una forma más proactiva y con propósito de largo plazo, más que de forma reactiva. Especialmente en tiempos donde la reducción de costos, por factores externos como una pandemia, puede primeramente afectar dicha rama.

Porque la RSE como transición es un llamado a valorar lo que hoy tenemos y hemos aprendido (de lo que queremos y no queremos), siempre recordando a dónde queremos llegar y que el ser parte del proceso lo es todo. Porque al final, este es un proceso que no tiene fin, pero sí un gran propósito: el bienestar común.

Nataly Ortiz-Stehle

Hoy escribo con agradecimiento por todos los proyectos de RSE en los que he participado, y desde donde nacieron mis ganas por humanizar, por hacer juntos, conversando y valorando lo que el otro aporta, especialmente en tiempos difíciles dónde parecía que yo no podía hacer nada más que cumplir con la norma (hacer el mínimo) o que las partes más que conversar preferían ignorarse… hasta que felizmente la voluntad de las personas y sus ganas por colaborar se volvieron protagonistas y cambiaron el rumbo.

Junio 29 de 2021, Landau – Alemania

%d bloggers like this: