Cambio tanto,
Pero tanto, que
¿Cómo podría volver a comparar?
¿cómo podría definir?, ¿definirme?,
¿poseer?,
¿acumular?
La verdad es que yo cambio tanto,
como tantas veces cambio de casa.
Y como cambio tantas veces de casa,
ya no puedo acumular ni un objeto más.
¡Ni sueños puedo acumular!
Los vivo todos, incluso aquellos que no recordaba que tenía.
¿Y los recuerdos?
Ya no necesito recordarlos,
Sé que están ahí.
Sí,
la verdad es que yo cambio tanto,
como tantas veces cambio de piel.
Y como cambio tantas veces de piel,
ya no me hace sentido llevar ni una definición más conmigo.
Así mismo, cambio tanto de sentir,
que siento plenamente.
Vivo por completo;
experimentando tanto el odio como el amor,
lo que oculto en mi sombra como lo que ilumina el sol,
como la sed que siento,
para volver a beber agua.
Cambio tanto,
pero tanto, para:
respirar,
recorrer,
volver a ser agua,
recordar,
unir,
unirme,
amar,
encenderme.
Cambio tanto,
para dejarme sorprender,
para volver a cambiar,
y para ser todo lo que vine a ser.
Y como te podrás imaginar…
cambio tanto,
que así también cambia todo lo que veo y creo,
que por ende,
vuelvo a cambiar.
Si me detengo, sería agua estancada.
Porque,
cambia tanto lo que vivo,
que ya no quiero dejar de cambiar.
Así que, por estos días y en honor al misterio,
muero tanto,
como tanto vuelvo a renacer.
—
Agradecida de ti Kame,
por nuestro reencuentro hace unos años en Guatemala,
y porque hoy te siento,
como siento la tierra en mis pies y el aire en mis manos.
Costa Rica, 13 septiembre 2019